domingo, 24 de junio de 2012

TESTANDO LA IMAGEN

Para una empresa, persona, servicio o bien. Para lo que sea, hay que saber lo que uno está haciendo. Y preguntarse si, al menos, está transmitiendo aquello que desea. Si alcanzamos las metas. Si lo que quiero es entendido por quien yo quiera que sea entendido. No se trata de hacer cosas por hacer. Ni siquiera hacerlas porque sea “bonito”. Las cosas se hacen en función de una estrategia y cada pregunta tiene una respuesta coherente y con un fin determinado.


¿Puedes responder a todo lo que tiene que ver con la imagen que quieres transmitir?

¿Sabes lo qué quieres?

¿Puedes decirlo en diez palabras?

¿Tienes ese mensaje?

¿Se corresponde ese mensaje con tu logo, forma de vestir, comunicar, con la decoración de tus espacios?

¿Tienes un objetivo?

¿Tu imagen transmite algo concreto?

¿Para alguien en concreto?

¿De ti, de tu empresa?

¿Sabes qué hacer y cómo hacerlo?

¿La actitud y el comportamiento, son adecuados a la imagen?

¿Es creíble lo que transmites?

¿Tienes una posición frente a cualquier cosa o frente a un todo?

¿”Suenas”, “hueles”, tienes un “tacto” tal y como debes ser percibido?

¿Despiertas una emoción en tu público?

¿Eres reconocido por alguna cualidad interesante?

¿Te comunicas adecuadamente a tu entorno?

¿Estás en tu sitio?

¿Sabes dónde estás?



La imagen es trabajar en esto y en otras cosas que pueden surgir a lo largo de cumplir con la estrategia. Es muy divertido. Pruébalo. No es lo qué vendes… es cómo lo vendes.



viernes, 1 de junio de 2012

NUEVA IDENTIDAD PARA EMPRESA RENOVABLE.

Al menos el proceso vale la pena. Es divertido. Te ocupa horas. Te da una visión diferente. Te ofrece un sueño. Te empuja a la acción.


La determinada imagen de una empresa es lo que focaliza al cliente. Lo que hace que se pare delante de una tienda, le invite a entrar o le alinee con un estado emocional que esa tienda (negocio, empresa, persona, autónomo…) transmite.

Llevo un tiempo andando por centros comerciales y calles, también comerciales, observando. Simplemente observo. Los negocios que tienen más gente (no sé si más ventas) son los que ofrecen cosas para gente más joven. Los demás son espacios demasiado tranquilos. No ofrecen algo que se perciba a nivel de puerta. Cuidados escaparates, limpieza, colocación y demás cosas esperables de un negocio, pero faltos de “soul”, faltos de emoción.

¿Es más costoso tener una imagen de marca que no tenerla? En principio sí. Pero crearla no. Será más costosa ponerla en marcha, pero es más barato que solo intentarlo. Crearla como concepto es hasta gratis si te metes tú a hacerlo. Pero hay que tener claro qué es lo que quieres.

Hay que romper el molde de la primera idea que tuvimos en un principio. Hay que quemar las naves.

En estas observaciones que hago, muchas veces me metería en tiendas y preguntaría por el dueño (bueno lo hice una de las veces y me da risa recordarlo) para preguntarle ¿lo intentamos? Porque hay una parte de la población que no encontramos nuestro sitio. Nos tratan demasiado “serio”. A mí, que hasta la fecha me he metido, como muchos, desde el primer concierto de los Stones hasta el último, desde los 17 hasta los 44 años, en España. Y ahora que parezco, soy, un hombre adulto pero con recuerdos emocionales muy intensos, coño me tratan como si no hubiera vivido. Pues no. Aquí estoy, dispuesto a mirar en sitios donde pueda “sentir algo” y quizás comprar por pura alineación.

¿Y por qué no lo hago yo? Bien, porque no conozco los “intríngulis” de la mayoría de los comercios. Y porque siempre es mejor que te diagnostiquen desde fuera que no uno mismo. Pero conozco algo muy importante: “sé lo que quiero”.

He llegado a crear marcas por puro ejercicio para mantenerme en forma. Lo he escrito en otro post. Me mantiene en forma como he dicho. Me inspira, es una de las cosas que me pongo a hacer porque sí. Como si no fuese un trabajo. Me divierte. Me lo paso bien y descubro mundos en los que me gusta estar. Me mantiene abierto. Las emociones, los valores, los sitios…

Espero haber inspirado aunque, sólo sea, a una mente inquieta. Y por supuesto pregunto ¿lo hacemos?