lunes, 10 de enero de 2011

ALTAMENTE DE ACUERDO CON TOM PETERS

Uno de los regalos que he recibido estas navidades ha sido el libro “Las pequeñas grandes cosas” de Tom Peters.
El Sr. Peters hace mención al mensaje, a la voz y a la primera impresión.
Dice en la página 158 que se prepare “como un poseso” las primeras impresiones. Y dice además “que hay todo un arte y ciencia para construir, ejecutar y mantener una entrada inicial fantástica”.
Y tan de acuerdo estoy con esto que recuerdo que en numerosas ocasiones he “interpretado” para mis alumnos escenificaciones de esa primera impresión. Recuerdo como salía y entraba en clase siendo cada vez un profesor de asesoría de imagen diferente y ellos deberían elegir al más creíble.
Y más de acuerdo todavía: en esa primera impresión tiene que ir inmerso el mensaje que es acorde con nuestra imagen. Lo sé. Estoy obsesionado con el mensaje personal. Tanto que, desde mi punto de vista no hay imagen sin mensaje. Al menos una imagen basada en algo interesante.
Quizás en el mundo de la imagen cotidiana y en la asesoría de belleza no es imprescindible. No es imprescindible pero sí muy, muy interesante. Pero en el universo de la imagen pública y política, es vital. Muy pocos profesionales entienden esto. Hay que estudiar mucho para saber hacer una labor así.
Y emulando al Sr. Peters: es así (punto) ¿Lo entienden los “iluminados”? No elegimos los colores porque sí. Ni porque nos gusta más un traje que otro. Ni lo basamos todo absolutamente en la indumentaria. Enseñamos a comunicar. Sigo sin entender por qué no se hace más fuerza sobre esto. Si mi cliente no sabe cómo se tiene que expresar, por muy guapo que lo ponga, será un fracaso en cuanto abra la boca o mueva un solo dedo.
Idiota. No es por mi gusto.
Idiota. Es porque responde a una razón.
Idiota. A cada “por qué” que tú me preguntes, yo te daré una respuesta que no tiene nada que ver con mi gusto, ni mi religión, ni un “porque yo lo digo”, ni por mi forma de entender la vida.
Idiota. Yo soy aséptico a esas cosas y muchas más.
Idiota. Yo, muchos y muchas como yo, conocemos esa ciencia y arte y añado además, esas técnicas.
Porque a fin de cuentas, y esto ya resulta repetitivo, somos creadores de mensajes, o mejor dicho, adaptadores de mensajes.
Altamente de acuerdo, Tom Peters. Y una buena noticia: los asesores de imagen (los de verdad) sabemos cómo se hace.
Hasta la próxima.

1 comentario: