Cuando te miras en el espejo y ves que tu imagen es la de la persona que quieres ser, todo se hace más fácil.
Aprendí esto cuando hace unos años trabajé con un grupo de profesionales del cine. Me propusieron hacer el estilismo de los actores. Lo que hice fue centrarme en los personajes. Los sometí a una asesoría de imagen de la misma manera que lo hago con clientes reales. Al empezar lo primero que conseguimos fue que los actores tuviesen que pensar como sus personajes para responder a las preguntas que les hacía.
El primer efecto fue que interiorizaron mejor al personaje. Lo conocían mejor. Tuvieron que responder incluso a preguntas sobre los gustos culinarios de sus roles.
Cuando diseñamos la imagen de los personajes el efecto fue fantástico. Los actores acabaron pareciéndose a los personajes externamente. Mucho. Eran las personas que hacían lo que el personaje pedía.
Lo mejor fue el reconocimiento de los actores. Me decían que actuar fue más fácil que nunca porque cuando se miraban al espejo creían en quienes debían ser. Por tanto ya solo faltaba actuar como ellos. ¡¡¡PERO YA ERAN ELLOS!!!
Pues en la vida real es lo mismo: tienes que ser quien quieres ser. Y una de las formas más fácil es parecerlo externamente. Luego, hacer el cambio interno (las actitudes) será “rodado” .
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